La máxima fiesta de nuestro fútbol, el clásico, nos espera el domingo. Y como sucede la mayoría de las veces, los dos llegan con realidades diferentes, aunque con el mismo objetivo, que es ganar, otra cosa no sirve.
Cerro ni hablar que llega mejor, sin olvidar que perdió su compromiso anterior, en lo que para mi fue un accidente deportivo, si es que los hay. Lo que vi frente a Tacuarí, me mostró un Cerro superior aunque el resultado diga otra cosa. El mismo no reflejó lo que fue el curso del partido.
Antes Olimpia se la vio con Libertad, el equipo de Gregorio la sacó barata, ya que fue menos que su rival que juega al tope de sus posibilidades, porque mas no puede. Ya que mas no tiene. Y si hubiera jugado con arquero, quizás la suerte de los repolleros pudo ser otra. A sus problemas defensivos, suma ahora no contar con Maldonado, aunque no creo que sea demasiado perjuicio por lo demostrado hasta el momento, ya que el trío de centrales no se comporta acorde a lo que se espera.
Cubilla piensa como mover las piezas, quien entra en la defensa, quien sale para que entre Romero, como se arma el medio, como hacer de Olimpia un equipo sólido, cosa que no logró todavía y contundente arriba, cosa mas difícil aún, Torrente parece no tener dudas.
El técnico azulgrana que soportó duras críticas de los hinchas y periodistas por los cambios realizados, en el juego anterior, piensa que los once que jueguen el clásico, sean los mismos que vienen arrancando los últimos partidos. Y me parece muy razonable por cierto. Aparte tampoco tiene mucho mas para elegir, dicho sea de paso.
Mientras que para el ciclón, ganar es imprescindible, para no perder mas distancia de Libertad, esperando el encuentro entre ellos para pasar al frente. Para Olimpia el triunfo tiene otro sabor.
Los dirigidos por Cubilla, tenían dos posibilidades de lavarse la cara con la hinchada una era derrotar a Libertad no pudo, pero fue mejor, y ahora ganar a Cerro, darle a ese sufrido público la alegría de vencer a su tradicional adversario, y dejarlo ya casi sin posibilidad de ganar el clausura.
Todo eso hace una vez mas, que el choque de las casacas tradicionales, encuentren un motivo mas, siempre uno diferente, de convocar al público para estar presente en la fiesta esperada por todos los que vivimos fútbol.
