Este fin de semana vimos dos estilos de arbitrajes, diametralmente opuestos. La permisividad de Quintana en el partido Liberad - Trinidense, y la rigurosidad de Melgarejo en el Clásico.
Cabe preguntarnos cual de los dos es el vigente de aquí en mas. Seguramente nos encontramos mas cerca del segundo. No es que el primero sea malo, desde el punto de vista técnico, pero si resulta penoso en lo disciplinario.
No olvido la triste imagen de Quintana haciendo repetir la pena máxima, en correcta decisión, pero los jugadores de Trinidense en malón se lo llevaron por delante, lo empujaron, manosearon, sin que reaccionara con expulsiones.
Es este tipo de partidos, en que los jugadores saben y conocen la debilidad del arbitro, generando una protesta totalmente fuera de lugar y sin razón, ya que la invasión existió y fue grosera.
Por su parte Melgarejo cobró dos penales por agarrones en el área, de esos que no se cobran nunca, pero que son. Pienso que el predilecto de Aquino comienza un nuevo estilo de conducción. Ahora lo seguiremos atentamente, para ver como se comporta de aquí en mas. Aunque a el no le importe, ya que goza de la impunidad que le da su padrino, y a este, el ejecutivo. Sería bueno que el director decida cual es el estilo correcto, y lo diga. Bueno, si le da la gana.
Quiero dedicar unas líneas también, a la actitud de patotero del presidente de Trinidense, que al igual que su hermano, pretenden justificar la errática conducción de la institución, en los fallos arbitrales.
Pero Federico Zelada esta vez fue muy lejos, ya que no solo profirió todo tipo de insultos hacia Quintana, si no que le amenazó a través de los medios. Amenazas de agresión, que no se hasta que punto no debe tomar intervención la fiscalía, esto es apología a la violencia, en momento en que todos trabajamos para erradicarla de los campos de juego.
El Tribunal de Justicia Deportiva no va hacer nada si Quintana no denuncia. Entiendo que estan dadas las circunstancias y por la gravedad del caso, para que el órgano supremo actúe de oficio. De lo contrario es obligación de los dirigentes de la APF que lo denuncie. Zelada es sin dudas, el último sobreviviente de una clase dirigencial que felizmente fue extinguida en el mundo. Al Tribunal que revise, hay antecedentes.
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